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martes, 9 de marzo de 2010

La convocatoria del 7 de marzo fue un éxito para los que defendemos la vida por encima de cualquier otra consideración. Ni el mál tiempo, ni el cambio de sitio a última hora, ni el hecho de que la lamentable Ley Aído (dejemos de llamarla Ley del Aborto, pues abarca otros temas, como la alienación educativa de nuestros hijos) ya esté aprobada, fueron obstáculo para que miles de cordobeses salieran a la calle a proclamar su convencimiento de que esta ley, cualquier ley que promueva la muerte, debe ser abolida.
María José de Francisco nos narra su vivencia personal de ese día



LOS TRES EUROS MÁS VALIOSOS
La mañana del domingo 7 de marzo de 2010 ha hecho que Córdoba, que ya es Patrimonio de la Humanidad por su historia, su arte, su belleza y sus gentes, aún lo sea más por esa concentración bajo la lluvia de cientos de cordobeses que en el Bulevar Gran Capitán gritaron a los cuatro vientos “España, Vida SI”.
Los que acudieron a la llamada de la Plataforma “Córdoba, por el derecho a la vida” no tuvieron reparos en salir a la calle en una mañana lluviosa con sus paraguas y en muchos casos con sus niños, para dar testimonio de sus convicciones y respaldar unas exigencias recogidas en el Manifiesto que se leyó, el mismo que se daba a conocer en las alrededor de 100 concentraciones que simultáneamente se estaban celebrando en nuestro país, en ciudades de Europa, de Estados Unidos y de Ibero América.
Las asociaciones que constituyen la Plataforma quisieron hacerse presentes para defender la vida de los niños por nacer, para pedir la derogación de la ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo aprobada el 3 de marzo por el Senado, por sólo seis votos de diferencia, y para hacer visible su rechazo a la cultura de la muerte que esta ley quiere traernos.
Si fue una mañana cargada de emociones por el motivo que nos reunía aún lo fue más para mí por tener el honor de presentar el acto. Pero además por dos detalles que me impactaron profundamente. Casi al final dos señoras se acercaron a mí. Una de ellas me dijo llena de alegría “Mi hijo es médico y se ha hecho objetor porque el dice que su profesión es para curar, evitar el dolor y proteger la vida, nunca para quitarla”. Y me pidió que lo proclamara para que todos lo supieran. ¡Qué orgullosa se sentía de su hijo! Y es que tenía razones para estarlo. Él estaba allí, entre la gente, soportando la lluvia y seguro que feliz por tener esa madre, por ser coherente con sus principios y anteponer su conciencia por encima de una Ley tan cruel e injusta.
La otra señora, muy bajito y casi sin hablar, puso unas monedas en el bolsillo de mi abrigo y me encargó “Échalas en una hucha para los gastos que hayáis tenido”.
Los tres euros que encontré después me recordaron el óbolo de la viuda que echó en el cesto de las limosnas del templo las últimas monedas que le quedaban. Son los tres euros más valiosos que han caído en mis manos.
La mañana del 7 de marzo de 2010 pasará a la Historia de Córdoba porque la ha convertido en Patrimonio de Humanidad y también a la mía propia por ser partícipe del gesto de esas dos mujeres que se cruzaron en mi vida.

Córdoba, 9 de marzo de 2010

Mª José De Francisco Alcázar
Plataforma “Córdoba, por el derecho a la vida”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bravo por todas las persona y organizaciones que estuvieron alli,dando su apoyo a los que no pueden defenderse y son asesinados impunemente.

"Un País que mata a sus hijos no tiene futuro" Juan Pablo II
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