El siguiente texto nos lo ha remitido nuestro amigo y luchador por el derecho a vivir Antonio Ruiz-Cabello Sanz. En él nos expone algunas verdades que nos deben hacer reflexionar para continuar nuestra defensa de la vida, con decisión y argumentación convincente. ¡Enhorabuena, Antonio!
El aborto: un crimen con alevosía
En una conferencia pronunciada recientemente en Córdoba sobre el aborto, la conferenciante expuso una idea muy sencilla y elemental: todo ser humano, desde su concepción hasta la muerte, necesita, imprescindiblemente, dos elementos para vivir: casa y alimento, y esto es lo único que la madre gestante proporciona al ser humano que lleva en su seno, pues la vida que en él se desarrolla es totalmente independiente de la de la madre.
Hoy día, ningún científico que se precie de tal se atrevería a negar que la vida humana comienza en el instante mismo de la concepción, desde la formación del cigoto; y concretamente el embrión de pocos dias posee una identidad genética propia y diferenciada, que le confiere el carácter de un ser vivo de la especie humana y consecuentemente merece todo el respeto que la dignidad de un ser humano requiere.
Nadie, invocando un derecho que no existe, puede entrar violentamente en la morada de ese ser humano, inocente e indefenso, y matarlo alevosamente. Doble crimen pues: allanamiento de morada y asesinato.Esta es, pura y llanamente, la realidad del aborto, por más eufemismos que se empleen para disimular y camuflar tal atrocidad.
A las personas, grupos e instituciones que defienden el aborto e incongruentemente están en contra de la pena de muerte, les hago la siguiente pregunta:¿Si el más malvado de los criminales no es merecedor de la pena de muerte, por qúe se condena a ella al más inocente de los inocentes? Respuestas sesgadas, manipuladas, invocando siempre situaciones extremas y excepcionales estamos hartos de oirlas, pero una respuesta sólida y convincente desde un punto de vista científico, moral y legal, todavía no la he oido y estoy dispuesto a escucharla si alguien la tiene.
Hoy día, ningún científico que se precie de tal se atrevería a negar que la vida humana comienza en el instante mismo de la concepción, desde la formación del cigoto; y concretamente el embrión de pocos dias posee una identidad genética propia y diferenciada, que le confiere el carácter de un ser vivo de la especie humana y consecuentemente merece todo el respeto que la dignidad de un ser humano requiere.
Nadie, invocando un derecho que no existe, puede entrar violentamente en la morada de ese ser humano, inocente e indefenso, y matarlo alevosamente. Doble crimen pues: allanamiento de morada y asesinato.Esta es, pura y llanamente, la realidad del aborto, por más eufemismos que se empleen para disimular y camuflar tal atrocidad.
A las personas, grupos e instituciones que defienden el aborto e incongruentemente están en contra de la pena de muerte, les hago la siguiente pregunta:¿Si el más malvado de los criminales no es merecedor de la pena de muerte, por qúe se condena a ella al más inocente de los inocentes? Respuestas sesgadas, manipuladas, invocando siempre situaciones extremas y excepcionales estamos hartos de oirlas, pero una respuesta sólida y convincente desde un punto de vista científico, moral y legal, todavía no la he oido y estoy dispuesto a escucharla si alguien la tiene.
1 comentario:
Antonio es un hombre auténtico y de gran categoría humana.
Animo y paremos el genocidio del aborto de los progres-nazis
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