Recientemenete la asociación Hazteoir.org y la Confederación Católica de Padres de Alumnos han iniciado una campaña para pedir un referendum sobre el actual proyecto de Ley sobre el aborto, aún pendiente de aprobar por el Senado y de ratificar por el Rey. Se trata de aferrarse a un mecanismo extraordinario para poder frenar la barbarie que representa dicho proyecto. La fuerza moral de este tipo de iniciativas legales se basa en que en las sociedades democráticas -y la nuestra pretende serlo, a pesar de los políticos y sus partidos- se debe acatar lo que decide la mayoría de los ciudadanos.
Sin embargo, esta bienintencionada iniciativa no se ha percatado de un hecho: al votar sobre esta ley los ciudadanos se están pronunciando sobre la existencia del derecho a la vida y, por tanto, se está haciendo opinable algo sobre lo que no se puede opinar, como es el que alguien tenga derecho a decidir sobre la vida de un ser humano. A este tipo de situaciones se refería Sören Kierkegaard en su libro Mi punto de vista cuando afirmaba que “la multitud, considerada como juez sobre materias éticas y religiosas, es mentira…porque lo que lo que en la política o en campos similares puede ser justificable, se convierte en mentira cuando se transfiere a lo intelectual, a lo espiritual, a lo religioso”. Y el derecho a la vida es, sobre todo, una cuestión de ética social.
Efectivamente, ¿puede la ciudadanía opinar sobre el número de semanas de gestación en que un ser vivo se convierte en humano y es, por tanto, acreedor de derechos?. Evidentemente no. Los humanos lo somos desde el comienzo de nuestra existencia y se nos debe de tratar como tales sin que nadie pueda dudar de nuestra condición en virtud de raza, discapacidad, edad de gestación o cualquier otra variable artificiosa. Toda ley que atente sobre este derecho será injusta, independientemente de que la refrende mayor o menor parte de la población.
Diversas asociaciones muy comprometidas con la vida ya se han desmarcado de esta iniciativa, lo que ratifica lo desafortunado de la misma, pues una de las grandes bazas con las que juegan los movimientos provida es la unidad de acción por encima de la diversidad ideológica.
Consideramos que los promotores de este referendum se han equivocado y precipitado, máxime al no consultar con las principales asociaciones y movimientos con idéntico objetivo. Por ello creemos que, antes de abrir una brecha que pueda separarnos y mostrar desunión, lo mejor que se puede hacer es desconvocar esta iniciativa.
Sin embargo, esta bienintencionada iniciativa no se ha percatado de un hecho: al votar sobre esta ley los ciudadanos se están pronunciando sobre la existencia del derecho a la vida y, por tanto, se está haciendo opinable algo sobre lo que no se puede opinar, como es el que alguien tenga derecho a decidir sobre la vida de un ser humano. A este tipo de situaciones se refería Sören Kierkegaard en su libro Mi punto de vista cuando afirmaba que “la multitud, considerada como juez sobre materias éticas y religiosas, es mentira…porque lo que lo que en la política o en campos similares puede ser justificable, se convierte en mentira cuando se transfiere a lo intelectual, a lo espiritual, a lo religioso”. Y el derecho a la vida es, sobre todo, una cuestión de ética social.
Efectivamente, ¿puede la ciudadanía opinar sobre el número de semanas de gestación en que un ser vivo se convierte en humano y es, por tanto, acreedor de derechos?. Evidentemente no. Los humanos lo somos desde el comienzo de nuestra existencia y se nos debe de tratar como tales sin que nadie pueda dudar de nuestra condición en virtud de raza, discapacidad, edad de gestación o cualquier otra variable artificiosa. Toda ley que atente sobre este derecho será injusta, independientemente de que la refrende mayor o menor parte de la población.
Diversas asociaciones muy comprometidas con la vida ya se han desmarcado de esta iniciativa, lo que ratifica lo desafortunado de la misma, pues una de las grandes bazas con las que juegan los movimientos provida es la unidad de acción por encima de la diversidad ideológica.
Consideramos que los promotores de este referendum se han equivocado y precipitado, máxime al no consultar con las principales asociaciones y movimientos con idéntico objetivo. Por ello creemos que, antes de abrir una brecha que pueda separarnos y mostrar desunión, lo mejor que se puede hacer es desconvocar esta iniciativa.
Julio Ortega Carpio
Representante de Foro Erasmo en la Plataforma Córdoba por el Derecho a la Vida
11 comentarios:
De acuerdo contigo Julio. En Portugal hubo hace años un Referendum sobre el aborto , y salió que la mayoría apoyaba el aborto.
La Vida es dada por Dios , y ningún poder político puede asesinarla en base a unos conceptos demagógicos y perversos.
Seguramente los que pensaron en esa iniciativa, creyeron que de llevarse a cabo dicho referendum, saldría a favor de la vida y en contra de la ley del aborto. Quiero decir que lo hicieron con buena intención. Pero lo expuesto a través del artículo que habéis enviado es muy oportuno y digno de consideración. Estoy de acuerdo en que la mayoría por el hecho de serlo, no necesariamente tiene que tener la razón. A menudo lo contrario es la realidad. No nos soprendamos pero un día la mayoría aprobarán verdaderas barbaridades y el cristiano -y algunos más que no lo sean pero tendrán ciertos principios- estará sólo. ¿Qué hacer entonces? Lo más fácil es ser "políticamente correcto" para no complicarse la vida. Creo que para Dios, sinceramente, eso es una abominación.
Es posible que los convocantes para llevar a cabo dicho referendum, lo piensen y reflexionen sobre ello y se echen atrás. Eso sería la actitud más correcta por lo sabia y humilde. Porque, ¿Qué pasaría si se llevara a cabo y saliera lo contrario de lo que se pensaba que habría de salir?
Creo que el escrito de Julio es para tomarlo muy en serio.
Estoy de acuerdo contigo y con el foro Erasmo. Los derechos humanos no se ponen en tela de juicio; existen y deben defenderse aunque sólo haya una persona que los tenga claros. La verdadera democracia no significa que todo se pueda discutir.
Antonio Moya
Muy acertado, Julio. No todo se puede votar, no todo se puede decidir, pues caemos en el riesgo de creernos pequeños dioses o diosecillos. ¿Acaso puede votarse qué es el Amor? ¿Acaso puede votarse qué es la Justicia? No. Pues tampoco puede votarse sobre la vida: ésta hay que respetarla, protegerla y fomentarla. Nada más.
Un saludo, compañero.
http://blogs.hazteoir.org/marailime/2010/02/03/en-relacion-a-la-oposicion-que-va-circulando-sobre-el-referendum/
Emilia Martinez
DAV LUgo
Yo creo que si debemos apoyar y manifestarnos en el Referendum porque como afirma Emilia, una compañera de Lugo que le ha contestado a Julio, y miembro de DAV, es la unica herramienta que tenemos a nuestro alcance para pararle los pies a esta basura de gobierno. Todos sabemos que no vamos a decidir sobre VIDA si VIDA NO, que eso ya lo tenemos superado, y aunque la FORMA parezca esta, el FONDO no es este , lo que vamos a hacer es mediante esa via (mas o menos adecuada) es manifestarnos otra vez,hablar nosotros, gritar y rechazar lo que no puede nunca convertirse en Legal por ser ilegal de forma innata. Por tanto dejemosnos de miramientos, sigamos todos unidos en la misma direccion, q ninguno de nosotros somos perfectos ni nuestras medidas, ya que lo unico que como sabes es perfecto en esta vida es DIOS, y aprovechemos las oportunidades que tenemos a nuestro alcance.
Un saludo Julio.
A SEGUIR LUCHANDO COMO SEA!!! ANIMO !!!
Lo que yo creo es que no hay que perder de vista que es Dios el que salva y no nosotros.
Nuestra intención puede ser buenísima al pedir el referendum pero, ¿nos es lícito arriesgarnos a que un referendum salga desfavorable a la vida? Sería meternos en un callejón sin salida, estar obligados a aceptar las condiciones que nosotros mismos nos hemos puesto. ¿Querías referendum? Si ¿Ha salido lo que tú querías o esperabas? No. Pues ahora ajo y agua, acepta el resultado que ha salido ¿Quién te asegura que vaya a salir el Si a la Vida? Y puesto que existe esa posibilidad (los pro-muerte saben movilizar muy bien a su gente), ante un tema de tal importancia no creo que sea bueno correr ese riesgo. Y me dirás ¿y mientras tanto qué, los niños siguen muriendo…? Y yo te digo que a nosotros lo que nos toca es hacer todo lo que sea BUENO hacer y dejar el resultado en manos de Dios que es el que tiene la última palabra, si nosotros le dejamos hablar.
Pero que riesgo vamos a correr si el NO ya está dicho. Si va a salir que NO en las CORTES. Si el no ya se ha votado. Ahora lo que hay que hacer es aprovechar la oportunidad que tenemos de que resucite el SI que mucha gente llevamos dentro.
Por supuesto que la ultima palabra la tiene DIOS, pero no olvides que DIOS actua através del hombre, no somos seres estáticos, tenemos voluntad e inteligencia que EL nos ha dado para que la utilicemos con sabiduria.
Un saludo.
Inmaculada, precisamente porque intento utilizar mi pequeña inteligencia con toda la sabiduría de la que soy capaz, digo lo que digo: ¿te has planteado qué ocurriría en caso de que saliera un NO en el referendum? ¿No nos arrepentiríamos de haber intentado sacar el SI sin conseguirlo...? Tendríamos justificada entonces nuestra "necesidad" de hacer algo, pero ninguna otra cosa positiva habríamos conseguido, sino al revés, sería como meternos en un callejón sin salida sin ninguna necesidad (más que la de movernos).
¿Merece de verdad la pena? Yo creo que no.
Y todavía digo más: aún en el caso de tener garantizado el SI, ¿sería lícito hacer depender de "la voluntad popular" (qué diantres será eso?) que el aborto sea un derecho o un crimen?.
Hola Julio, no puedo estar más de acuerdo contigo en lo referente a que la vida es un derecho que no puede ser votado.
No obstante analizando la situación actual no me parece un error convocar ese referéndum, me explico:
Según lo veo estamos muy próximos a presenciar la aprobación democrática de una aberración de ley.
Luego ya de hecho existen personas que están legislando con la vida como fondo, aunque un amplia parte de la sociedad se haya manifestado en contra y aunque a tí y a mí nos parezca un disparate.
Se trata de una iniciativa que promoverá la reflexión y el mayor conocimiento sobre el tema del aborto al trascender de una sala de sesiones a las cadenas de televisión y las barras de los bares.
Tendremos la oportunidad de crear opinión, de informar sobre nuestra postura, de intentar hacer meditar ..
Y en todo caso si no lo conseguimos no habremos perdido nada, puesto que habremos cumplido con nuestra obligación.
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Felicitaciones por tu iniciativa.
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Un saludo desde Montilla (Córdoba)
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Antonio
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